En este artículo te quiero mostrar si puedes usar la masturbación como un mecanismo para controlar la eyaculación precoz.
La eyaculación precoz es un trastorno mucho más habitual y recurrente de lo que cabría imaginar.
En realidad, no se trata de una enfermedad o patología propiamente dicha, ya que se origina por múltiples factores y puede suponer un episodio eventual o prolongado.
Tanto si has sufrido este trastorno como si deseas prevenirlo en el futuro, existen una serie de técnicas y recomendaciones tradicionales que arrojan muy buenos resultados.
Y sin necesidad de que recurras a tratamientos químicos ni que te tomes la molestia de acudir a un costoso especialista.
En este sentido, la masturbación es la mejor herramienta que tienes a tu disposición.
Tu metabolismo (al igual que el mío) no responde siempre de la misma manera ante situaciones similares.
Por ello, la eyaculación precoz es una amenaza que siempre puede estar presente en las relaciones sexuales.
La masturbación previene este fenómeno al conseguir que los genitales se acostumbren a responder homogéneamente, esto es, que no segreguen semen con más rapidez en unas ocasiones que en otras.
La clave reside en controlar la velocidad con la que ejecutas la masturbación, ya que, como probablemente te habrás podido dar cuenta, es común que concluyas el proceso con una gran rapidez, algo que deberás aprender a evitar.
Tienes que asumir la masturbación – con el objetivo de evitar la eyaculación precoz – como un tratamiento en el que debes seguir una serie de pautas.
Dejando a un lado el componente lúdico del proceso, la masturbación debería ayudarte a controlar los ritmos de excitación, erección y eyaculación.
En primer lugar, trata de recrear situaciones en las que podrías verte cuando te dispongas a hacer el amor.
Recuéstate en la cama, apaga la luz y trata de evitar que alguien pueda interrumpirte.
El objetivo es crear la apariencia de que vas a tener relaciones sexuales para acostumbrar a tu cerebro a dar la respuesta apropiada en ese momento.
Tras completar estas precauciones previas, llega el momento de iniciar la masturbación propiamente dicha.
La primera pauta que debes seguir es evitar el material pornográfico.
Los vídeos eróticos te muestran situaciones inverosímiles y mujeres despampanantes, dos escenarios que podrías no encontrar en la vida real y que podrían condicionar tu grado de excitación.
Además, una de las claves de la masturbación terapéutica es la lentitud, un aspecto que sin duda descuidarás si te centras en seguir el ritmo de la película.
En conclusión, recurre a tu inspiración y no tomes como referencia a los profesionales.
Durante la masturbación es muy importante que no varíes significativamente el ritmo, pues ello provoca que la eyaculación se adelante considerablemente.
De igual modo, si sientes que vas a eyacular no te detengas de inmediato, ya que eso no ayuda al organismo a acostumbrarse a una situación real (es evidente que en plena relación sexual no podrás detenerte cuando se te antoje).
A pesar de que en los primeros experimentos sientas una gran frustración por finalizar muy rápidamente, no olvides que ese es el cometido de la masturbación.
Poco a poco, deberías ser capaz de aguantar unos quince o veinte minutos masturbándote.
Para finalizar, trata de masturbarte con la mayor regularidad e intensidad posible.
Por intensidad no me refiero a que lo hagas con fuerza y velocidad, sino a que lo hagas una vez al día como mínimo y que incluso aumentes esta cifra con el tiempo.
Esto también dependerá de la regularidad con la que esperes mantener relaciones sexuales, pues es una forma de adaptar al organismo para ser capaz de conseguir unos niveles de excitación aceptables con mayor frecuencia.
Como última recomendación, trata de no pensar en ninguna otra cosa más que en el acto sexual (en este caso me refiero, obviamente, a la masturbación) y disfruta durante todo el proceso.
Aunque la masturbación pueda ayudarte a controlar la eyaculación precoz…
La clave para durar más en la cama está en eliminar la raíz del problema
Una vez que elimines la raíz del problema, no será necesario recurrir a técnicas como la masturbación para durar más tiempo en la cama.
Gracias al sistema natural que seguí, he podido atacar este problema desde la raíz.
Y ya no tengo que estar preocupándome por realizar ciertas prácticas para aguantar más en la cama. Ahora es todo natural.
Si quieres que te muestre cómo puedes poner en práctica este sistema natural…
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Nos vemos allí 🙂
Ariel